Parece que en el Perú se acostumbra a acusar por cualquier cosa y/o echarle la culpa a otras personas de los problemas, sin hacer un análisis de los sucesos. Es el caso del Perú 2- 4 Brasil, resultado adverso siendo locales y jugando un muy buen partido, ¿pero quién tiene la culpa de este resultado?, .... ¿será el gran bonetón?. Si, así es, pero en este caso no es sólo uno el gran bonetón, sino que son varios los culpables y por distintas razones.
Empezamos por el Presidente de la FPF, que lamentablemente no tiene presencia dirigencial, ni la suficiente fuerza como para evitar que sin solicitarlo, nos asignen jueces probos y no cuestionados por sus antecedentes y/o que sean especialmente nombrados para que cumplan tareas como la suscitada en el partido Peru - Brasil. Para los que sumamos varios años tenemos en el recuerdo que el mejor dirigente de nuestro fútbol fue el señor Teofilo Salinas Fuller, quién pese a su corta estatura física, se hacía grande por sus dotes personales como dirigente.
El señor Juan Carlos Oblitas, actual Director Deportivo de la Federación Peruana de Fútbol, cuenta con muchos años de experiencia deportiva y está relacionado al fútbol mundial desde hace por lo menos 50 años, así que este tipo situaciones negativas las conoce por experiencia propia o ajena, pero las conoce, por lo que la pregunta cae por su propio peso: ¿que hizo para evitar este resultado negativo a sabiendas de que se designó a este ilustre "sin vergüenza" como arbitro principal?; ..... pues aparentemente nada y de seguro ni tocó el tema con el entrenador Ricardo Gareca, que aparentemente ignoraba también sobre las limitaciones profesionales del arbitro, como el mismo Oblitas.
El entrenador de un equipo de cualquier disciplina deportiva, debe prepararse para contrarrestar las acciones en lo deportivo del natural rival que es el otro equipo y también de las malas decisiones arbitrales, por incapacidad o por "manías" del juez, porque debe ilustrar a sus jugadores de las capacidades y debilidades de su rival, así como de las manías del juez de turno, para instruirlos en lo que deben hacer o no, durante el partido. A las claras tampoco sucedió esto con Ricardo Gareca y de allí el resultado adverso.
Entonces, no podemos echarle la culpa en primera instancia a este irrespetuoso arbitro chileno, que por lo dicho y comentado por algunos deportistas y dirigentes extranjeros, es repetitivo en él este tipo de comportamientos no imparciales y ésta fue una más, en la que aparentemente recibió alguna directiva especifica del ente organizador a sabiendas que Perú es y será un rival difícil, de manera que al final de las clasificatorias, Brasil y Argentina principalmente logren un cupo para el próximo mundial. Con el solo hecho de saber que un chileno iba a arbitrar el partido previo al enfrentamiento con el mismísimo Chile, debió ser la alerta para solicitar su cambio, más aún si somos conocedores de la animadversión natural de los chilenos hacia sus vecinos limítrofes acrecentada en los tiempos de Pinochet en los colegios por historia y hasta por envidia.
En vez de que estemos pidiendo por varios medios el retiro por descalificación de éste arbitro chileno Julio Bascuñan, deberíamos exigir particularmente a estos tres personajes de la FPF que cumplan con su trabajo y no vayan a contracorriente con la inherente pasividad del ignorante o del inconsecuente, para evitar que el esfuerzo hecho por nuestros jugadores sea en vano y que finalmente sea una sumatoria de esfuerzos para la consecución del objetivo, Qatar 2022.
